meeting

En una mesa redonda los cuatro conversaban de porcentajes, beneficios, cuentas offshore y desarrollo integral, terminos que escucharon del fustrado profesor de economia cuando estudiaron en la universidad. Tarjetas de altos límites, corbatas de cien dolares, rosada como la de Mike.

En una presentación de power point los números se ven bonitos, pero con un TLC, dinero caro y un pueblo malapaga por naturaleza, los riesgos son altos. Por mas cursos y folletos sobre análisis de riesgos, a Mike no le cuadra que al final del año, habrá pagado cerca de un 66% de los ingresos en impuestos. 21 porciento de aquello, 6 por ciento de lo otro, 14 por ciento de aquí y otros por cientos de allá. Convencer a los muchachos de que crean en él, no está dando resultado.

La comida llegó, un plato hi-tec, wi-fi, de esos que son decorados con salsa de colores, platano frito, esos que aparecen en el menú escritos en un idioma de algún pais de Europa Occidental y sazonados con sopita maggy. Todos masticaban y trataban de decirle con la boca llena de comida que el negocio era muy riesgoso, que habia que evadir impuestos, que la infraestructura requeria mucha inversión, que las cargas impositivas son muy fuertes y que la elección del vino fue muy acertada, cada botella de 2,500 pesos es buena aunque sea vinagre.

Mike se despide y paga la cuenta. Camina con la frente baja, el sol está que quema. Se monta en su carro, no prende el aire, decide bajar los cristales. Tiene que sentarse en su casa y afinar los números de su propuesta o un restaurant mas económico. Es posible que el color de su corbata no esté a tono con su karma.