Wednesday, January 23, 2013

Melancolía

Te pesa levantar la cabeza, unir una idea con otra, un sentimiento con su reacción   La incertidumbre es la peor de las sensaciones, es peor que la frustración,  que la desilusión,  que la derrota.  El no saber, el what if de los gringos.

Tengo dos horas sentado tratando de soltar ese nudo en la garganta, esa sensación a estomago lleno, a pesadez, dos horas y ya no me molesta este banco carente de ergonomía. Al parecer, las banquetas en los lugares públicos las hacen para adornar y no para aliviar el cansancio a aquellos a los que la rutina les golpea la existencia o a los que vinieron a enamorarse una vez más.  Maldito frío el que hace.

Salí de mi país pues se me habían acabado las oportunidades. Pobreza arrastra pobreza.  Gasté todo lo que el sueño dominicano podía ofrecer, gasté las oportunidades, las pocas relaciones que pude crear, llegué al tope y aun así no pude salir de la pobreza, esa que viene en la sangre, en el apellido, en unos padres que no estudiaron, en unos tíos bebedores y jugadores, en unos abuelos enfermos. Dejé el alma siendo serio y honesto.

Y aquí estoy en este sueño americano, plagado de facturas y renta cara, de almas corriendo desde y hacia un tren, de soledad, de añoranza por todo lo que viví en mi tierra, añoranza por lo que me faltaba por vivir, por mi queso de hoja, por los besos de ella, por Jánico y Baitoa, por Playa Grande y Terrenas.  Mierda, jamás me pasó por la cabeza estar en una situación en la que diera lo que fuera por un locrio de arenque. Yo sé lo que hago aquí, lo que no sé es que porqué no estoy allá.