Pues que ventaja tan grande esta de ser extranjero. Yo que apliqué por aplicar fui llamado para ocupar la posición de gerente. Luché por varias semanas contra las miradas de todos aquellos que me deseaban la muerte por haber sido elegido entre trescientos candidatos dominicanos, yo que culpa tengo??.
Pues tengo a cargo un departamento lleno de mujeres. Todas lindas, con caras angelicales, con cuerpos de ensueño y zapaticos cerrados, bajitos, carteras grandes y pollinas. Despues de haber organizado varios viernes de colores, jueves de picnic y rotar a las chicas para que no todos vengamos los sábados a vernos las caras y pasar horas en navegando en internet por las pocas páginas que no estan restringidas por los odiosos egocentricos del departamento de informática, pero ellos si tienen acceso, que vaina. Pues entre todas esas nenas, hermosas, voluptuosas, rubias de salón, mi vista y libido se quedó con una chica con un pelo-negro-lacio-brilloso de bellos pechos y dientes blancos, perfectos, derechitos y pechos grandes, just perfect. Pues ella trabajaba en el último escritorio, llegaba de primero y se iba de último. Yo trataba de no lucir insunuante, pues desde que un empleado rompe la línea entre su superior, no se trabaja, no se rinde en la oficina y la única salida al conflicto es el chantaje y la cancelación de uno o ambos; y a mi poco que me importaba.
Ella olia rico. Su piel canela brillaba en la oficina, resaltaba entre todas y su mania de tocarse las mejillas con la punta de sus dedos como si tocara piano me volvia loco. Ese gesto inocente disfrazaba cierta puteria que se le escapaba por los poros cuando me decia si mi jefe. Era viernes, viernes sin uniforme, sin etiquetas, viernes de blusa escotada y pantalones ajustados sin ropa interior debajo. Hay cosas y situaciones en la vida que no tienen explicación, que no necesitan de largas conversaciones ni de formalismos porque yo no le dije a ella que se quedara tarde a entregarme un reporte para la reunión del martes, o era su empeño por ser responsable o era su aprobación ante mi deseo de quitarle la blusa y besarle sus pechos.
Y así fue, ahí en mi oficina, ocho de la noche, luego de la ronda de seguridad, ella entró y cerró la puerta, sin presentaciones nos besamos y una cosa llevó a la otra. Lamí sus pechos, chupé con fuerza sus pezones pero lo que mas disfruté fue acertar en que su sexo sabia rico, pues cuando le di sexo oral sentí que disfrutaba de un plato exquisito, sabroso, suculento y ella entre gemidos me confirmaba que disfrutaba, que gozaba. Le llevé mi miembro a su boca y lo hacia riquisimo, con ganas, disfrutandolo y me miraba con esos ojos y chupaba y cuando la coloqué sobre mi escritorio la penetré y ella sonrió, luego se rio a carcajadas. Que verguenza, perdí el enfoque, la concentración y la sangre en mi pene, no pude mas, esa risa burlona fue un balde de agua fria, un por favor hazme el amor como un perro que lo estas haciendo como un cachorro.
Ella trató de hablarme pero no queria escuchar discursos de i feel sorry for u, o eso no es na panita, a cualquier mojoncito le pasa, no, yo le dije, apaga la luz cuando salgas. Pasaron los días y yo sentía que las muchachas del departamento hablaban de mi, que era un flojo, pero como no ser flojo ante una mujer que se burla de uno, es dificil manterner el falo en posición firme cuando una mujer desnuda, húmeda, con las piernas abiertas que está a instantes de recibir una, dos, tres, que se yo cuantas embestidas se rie con toda la fuerza de sus pulmones. Un buen día, ya bien tarde, ella entra a mi oficina. Me dijo que no podía esperar la ronda de seguridad, se bajó su falda, se quitó la blusa. No me dejó parar de la silla, sacó mi flacido amigo y con la destreza de su lengua caliente sacó una erección de lo mas profundo de mi sistema sanguineo y luego de subirse sobre mi me dijo, yo me rio cuando gozo, es una reacción que no puedo evitar, me rio cuando me hacen venir, me exploto a carcajadas cuanddo siento un guebo como el tuyo penetrandome; yo le dije sonrie de nuevo, por favor.