Monday, April 15, 2013

Lucky

No hacía calor, pero el sudor empapó mi camiseta, se sentía en mis pantalones, juro que también mis pies.  Los dos estábamos bailando a pesar de que no soy muy bueno en esos menesteres, no quería perderme esa oportunidad por nada en el mundo.  Estaba frente a ella, a la distancia en que se siente el suspiro tocándote las orejas, ensimismado con cada cuadro que mis ojos llevaban a mi cerebro:  El color de su piel, sus ojos, su boca.  Cerrando los ojos de cuando en vez, apagando el bullicio del lugar y quedándome con el murmullo dulce de su voz mientras me daba su número de teléfono. Las ciudades grandes ofrecen pocas coincidencias, eso le dije cuando nos vimos por tercera vez fuera de su oficina; trabajo cerca le mentí.  Muchas tazas de café después dejé caer mi mano sobre la suya.  El corazón me latió de manera estrepitosa.

What to do?  Abrazar a tu perro?  Llamar a esos amigos que creías perdidos?  Pedir perdón a quien tantas veces ofendiste?  Ir a poner una curita en aquel corazón que rompiste?  A los que pisoteaste mientras recorrías tu camino a la felicidad, que harás con esos?  Tengo horas sentado frente al mar, sintiéndome finito, microscópico.  Se quedaron muchas cosas por hacer, lugares por visitar.  No me quité la ropa y caminé desnudo en la playa.  No visité París, me perdí de muchos conciertos.  Solo llegué a aprender tres idiomas y nunca le dije a mami que yo maté a Sifino su gato.  

Cuando llegue el día quiero pensar en ti.  En tus ojos misteriosos, en tus caricias, en la sonrisa que se dibujaba en tu cara cuando me veías.  Quiero pensar en los buenos momentos, en las cosas que me hicieron sentir vivo, quiero cuando llegue mi hora, pensar en ti.