Thursday, July 30, 2009

Pura vida!!!

Viendo los comentarios del escrito anterior, podemos darnos cuenta de que el factor económico afecta al estado de ánimo del hombre. Claro, estamos en una sociedad de consumo, somos capitalistas, hay que gastar gastar para tener tener. Cualquiera que sea el motivo por el cual usted trabaja: Casa, carro, educación de sus hijos, viajes, ropa, retirarse joven, el no poder cumplir las metas trazadas causa frustración cuando el dinero no nos alcanza. Si a eso le agregamos que vivimos en un país donde el Estado no nos apoya, la bola de nieve llena de problemas y caras arrugadas es inmensa. Es díficil sentirse contento cuando somos golpeados por las facturas de servicios o los fiaos en los colmados. Por eso tenemos tanta emigración, tantas personas que no aguantan el vivir para comer en nuestro país. Por qué al final hay que hacerse una pregunta: Necesitamos los lujos, las comodidades, los bienes superfluos? Si tenemos una vida plena, con las necesidades básicas cubiertas, necesitamos la abundancia material?

Estableciendo parámetros iguales según el poder adquisitivo para definir a una persona pobre, por ejemplo, un dominicano y un costaricense ( para no utilizar a Estados Unidos, ya que sería una comparación absurda) estos nos llevan mucho en cuanto a calidad de vida, ojo, sin ganar mas dinero que nosotros!!!!!! En promedio ganamos lo mismo, más en algunos casos pero el Estado provee de los servicios básicos a la población, por ejemplo, la energía eléctrica llega al 95% de la población, estos la pagan y no existen los apagones, agua potable a casi toda la población, la salud pública es buena, tanto así que solo se ofrecen seguros privados a los funcionarios extranjeros y altos ejecutivos (en la única clínica privada de San José), el nivel de analfabetismo está por debajo del 10% y la mayoría de la población tiene a sus hijos en escuelas públicas (Creo que hay tres colegios privados). Aquí hay que comprar inversor para la luz, hacer cisternas en las casas, pagar seguros privados, tener los hijos en colegios y ni decir el maltrato que sufren nuestros vehículos por el estado en que se encuentran nuestras calles. Se imaginan lo que pudiesemos ahorrarnos al año en algunas de esas partidas? No hay que ser rico para ser feliz, eso no hay que repetirlo, pero nos sentimos agobiados, muy cansados, muy tristes, esa es la realidad. Es díficil mostrar una sonrisa al cliente o al turista sabiendo que en casa dejamos dinero solo para comer, donde la mayoría de la población está dejando su sueldo en pasaje y arroz.

Los problemas económicos agobian, ahí está el meollo de nuestra situación. El dinero ayuda a mejorar la calidad de vida, a vivir holgadamente, a mandar a los hijos a estudiar decentemente. Ayuda para tener un todo terreno y no maltratarse con los hoyos de nuestras carreteras, a ver a Madonna en el AA Arena, a ver a Pujols en San Luis, a pasear en moto por la ruta 66, visitar París y recorrer sus calles con nuestra amada, tirarse una foto con Mickey en Disney y que tu hijo no sonría, tener una buen techo y prender el aire acondicionado porque esta calor no hay quien la aguante y una cenita con la doña el viernes, el sábado y el domingo. Y es malo!!!!!!?

Friday, July 24, 2009

circunstancias

Para qué quiero el dinero si no puedo tener la felicidad? Esa ha sido una de las exclamaciones que mas he escuchado en mi vida, creo que tengo que cambiar de circulo social, pues me he dado cuenta que la esperanza del pobre es que el rico sea infeliz, que tenga mucha migraña o que una de sus hijas sea deforme. Aunque yo pertenezco al grupo de acróbatas del peso, cuyas funciones estelares se presentan los quince y treinta de cada mes, creanme, estamos trabajando para ser el que cobra las entradas.


El problema está en aquellos que creen que la paz interna y la tranquilidad lo dan el poder adquisitivo, el vehículo en que andan o el techo que los alberga. Por circunstancias de la vida, algunos están donde están, no hay otra razón lógica. Tratando de contestar la pregunta inicial usaré las siguientes palabras: Pobreza o riqueza no son sinónimos de felicidad. La salud es una virtud de la cual gozan muchas personas sin importar su cuenta bancaria, hijos adictos, los hay en todas las esferas, homosexuales, cueros, locos, depresivos, ninfómanas, perversos, cleptómanos, alcohólicos, de todos hay en la viña del señor.


La desigualdad de clases, esa inmensa brecha que existe entres quienes deciden mandar a sus hijos a Londres para un campamento de verano y quienes mandan sus hijos a Hondo Valle donde los abuelos, es un término inventando por políticos para sus discursos multitudinarios. La situación de precariedades en los servicios que los gobiernos DEBEN ofrecer a la nación es lo que crea ronchas, salpullidos y comezón cada vez que un pasajero, apretado en la parte de atrás de un carro público, observa al muy encaramado señor en su Range Rover nueva. Si a la población se le suple de salud, de educación, de alimentos a precios razonables, de dinero barato en la banca, nuestros problemas no serían maldecir cada vez que recibimos una factura. Fueramos otro país, fuera otra fragancia.


Pero bueno, somos humanos, y como humanos sentimos y sentimos envidia, eso no se puede evitar. Tambien como humanos somos ostentosos, también caritativos. No podemos criticar al que gastó cien mil dólares en sus vacaciones diciendo que con eso se alimentan a tantas personas. Recuerden que el hambre es un asunto puntual, la falta de acceso a los alimentos es el problema