Y no es cuento, es en serio. Llevo dos horas esperando a que la senora me indique si soy el siguiente. Entrego mi cedula, endoso el cheque y recibo un mensaje en el celular: Que haces?. Lo miro y como los perros doblan la cabeza hacia los lados cuando el dueno se les acerca, asi reaccione.
No sabia que responder. Me quede estatico pensando que escribir, entre tantas opciones me quede entre Que carajo te importa! y Nada sentado en casa. La primera opcion podria desatar una cadena de mensajes insultantes, llenos de rabia, de rencor, de melancolia, de impotencia, mensajes que te demuestren la frustracion que siento. La otra opcion buscaban abrir la oportunidad para una invitacion suya a vernos, y luego escribir una cadena de mensajes llenos de amor, de deseo, de lujuria, de esperanza, de recuerdos, mensajes que demuestren lo mucho que aun deseo subir a tu casa y caer rendido ante la suavidad de tu caricia.
Senor, senor! y la cajera me saque del trance.
-Senor, como quiere que le pague.
-Billetes grandes, realmente, no me importa
-Bien.
No preste atencion a mas nada de lo que dijo, no conte el dinero. Cruce el parque de la plaza, abri mi carro y me sente. Empece a responderle, le escribi lo que me salio en el momento. Encendi mi carro y sin rumbo ninguno, esperaba tu respuesta. Pase por calles que no habia transitado, me percarte de que ese restaurant, aquel donde hicimos travesuras en su bano, lo habian cerrado, tambien vi que la casa no se ha vendido. Me detuve al frente, a esperar.
Un primer mensaje tuyo, una primera respuesta mia, un segundo mensaje, una segunda respuesta. Y sin atrevernos a marcar, nos pasamos buen rato explicandonos, justificandonos. Yo odiandote, amandonte, deseandote un poco mas. Tu, yo ni se.
Apague el celular, sali de mi auto y me recoste de el. Me quede buen rato mirando hacia lo que iba a ser nuestro hogar, me quede buen rato recordando aquel dia que salieste por esa puerta, con doble hoja, con marco de hierro, con esa cerradura antigua que encontramos como basura en San Pedro de Macoris. Por esa puerta saliste y yo no he vuelto a entrar jamas.