Y Alberto que?

Salimos expulsados por las medidas cenicientas. Dos de la mañana, gordas blancas, hijos de funcionarios negros, Grey goose por la mitad. Las mujeres salen corriendo, mucha sobadera en la puerta.

-Pa fuera, pa fuera, el que prive en macho lo tranco. Decia un platano verde vestido de gris, un oficial de la policia para los ignorantes.
-Vamono Alberto, vamono.

Caminamos hacia mi apartamento, vivo cerca. La ciudad estaba apagada, unos cuantos carros, una patrulla a lo lejos.

-Diablo loco, la policia haciendo su trabajo, mirala, mirala, una patrulla.
-Mano, es sacando gente de las discotecas, mas fácil para ellos que meterse en El Capotillo a trancar drogadictos.
-Loco, loco, me toy miando.
-Alberto camina muchacho, ven que quiero llegar.

Seguí caminando, no le hice caso al loco de Alberto, demasiada lucha andar con borrachos. Llegué al portón del edificio, meto mi mano derecha en el bolsillo, busco las llaves, no las tengo. Recuerdo que las dejé en el carro. Empiezo a pitarle al guachi, me responde con dos tiros.

-Wey, wey, no dispare, no dispare, soy el del 4B.
Pa, pa, pa.
-No dipare.
Pa, pa,pa.
-4B, 4B.

Salieron los vecinos, un vigilante del edificio del frente me encañona con una doce loca por vomitar 366 perdigones para alojarse en mi pulmón, higado, riñones, no se, les gusta el calor de los órganos internos. -No le diparen al vecino. Gritó el del 6A. Mi madre bajó y espantaba a los guachi con un paño como si fueran moscas, mientras me levantaba de la acera.

-Mijo, que hace tu ahí tirado, Dios mio y si te matan, Nelson, Nelson, ven baja.
-Ma, deja la vaina, ya pasó.
-Pasó y por poco te matan.

Entre vecinas con rolos, en batas, las chismosas, las que piensas que soy un huele yerba, la que me recibe en su casa cuando el marido no está, la que me lleva pastelón de berenjena, fui escoltado hasta mi apartamento. "Buenas noches mi hijo", "el señor te acompaña", escuché mientras subiamos por el ascensor, también me agarraron la entrepierna. Mi madre me llevó hasta la habitación, no puedo negarlo, me asusté, literalmente me cagué en los pantalones.

Desperté y llamé a Alberto, no contesta. Me fui al club a jugar poker, son las cuatro de la tarde y me llama Doña Marisol,la madre de Alberto.

-Ay Alfonso, supe lo que te pasó anoche, por poco te mata un animal de esos, es que no deben darles armas a locos analfabetos, y si te hubiesen dado un tiro, que desgracia mijo, ay Dios, el señor te acompaña, dale gracias oiste, dale porque eso es un milagro, me dicen que te hicieron mas de 16 disparos y tu tirado en el piso y que para colmo el vigilante del frente te apuntó también para dispararte, ay pero te voy a invitar a comer, te voy a hacer unos canelones, con una ensaladita de tomate y mozzarella, que yo se que te gusta mucho, mijo, y tu salsita pesto, natural, natural.
-Doña pere...
-Un vinito, porque eso de comer con Coca Cola es de paises tercemundistas, mijo, te hice unas palmeritas...
-Doña y Alber...
-Le dije a Edilenia, la de los masajes, tu sabes, la muchacha esa, que venga esta tarde para que te de un buen masaje, tienes mucha tensión con lo de ayer.
-Y Alberto, Alberto?
-Y Alberto que?