She wears blue panties

Tengo un par de botas viejas que me traen buenos recuerdos. Trabajé hace un tiempo con una empresa que se dedicaba a realizar excursiones por la isla en fourwheels. Tours operadores nos contactaban y nosotros preparabamos las rutas. He comido en muchos comedores, bebido agua en jarro, bailado mucha bachata en enramadas. Ni decir de las veces que me he bañado en playas virgenes, rios cristalinos y manantiales casi secretos.

Aparte de que disfrutaba lo que hacia, tenia mucho tiempo libre. Descansaba, iba al gimnasio, salia mucho de fiesta, en fin, contaba con mas tiempo libre de lo normal. Me pasaba mucho tiempo con Rosaura, bella mujer, unos ojos paradisiacios, un cuerpo espectacular, era como una chica playboy mandada por San Pedro. Teniamos una buena relación de pareja, aunque en la cama era un poco torpe, cada vez hacia el esfuerzo por mejorar, eso se lo aplaudo.

En uno de mis viajes por poco cuelgo los tenis. Sucede que cruzando desde Rancho Arriba hacia Piedra Blanca, me deslicé en un curva, trataba de evitar chocar con un marrano que venia en via contraria, rodé por un barrancón, debi haber desbrozado alrededor de 25 matas de café y seis de plátano. En el suelo y con el motor encima, verifiqué que no tenia algun hueso roto, podia mover mis brazos y mis piernas. Del monte salieron varias personas a verificar mi situación, Don Pepe y seis de sus trabajadores, Edilenia, su hija. Me llevaron al interior de su vivienda, me ofrecieron agua, ella me quitó las botas.

Al siguiente fin de semana fui a visitarla, fui con el pretexto de darles las gracias, la invité a dar una vuelta en mi jeep, fuimos a un rio que quedaba lejos de su casa, un sitio solitario, forrado de arboles, yo me senté en una piedra del rio y ella se paró frente a mi, levanté su falda y vi unos interiores azules, inocentones, que guardaban toda su feminidad, toda esa dulzura con olor a leña. Llegué a Santo Domingo, y las luces de la ciudad me molestaban, las bocinas de los carros, el celular, mi novia. Salimos con unos amigos esa misma noche, conversaciones infertiles, que si un carro de tal marca, o cierto tipo de celular, o una marca de ropa. No se me salia de la cabeza a la hija de Don Pepe, su delicadeza, su humildad, sus panties azules.