six apples

Para su información, Baitoa es el mayor exportador de Dominican York del país, en otras palabras, la que mas emigrantes proporciona a Nueva York. Todos tienen un padre, un hermano, una esposa, un tio, un primo, un luchador de Judo, un amigo, un cuerno, un loco, un novio, una novia. Melvin tenia a su mujer y a sus tres niñas.

Los padres de Celeste la pidieron justo cuando ella estaba embarazada, el la despidió en el aeropuerto de Puerto Plata. Ese día la lluvia invadía la tristeza de ver como se alejaba su compañera, su novia desde la secundaria, aquella que lo acompañaba todos los días, que se agarraban de la mano, se bebian refresco rojo en el parque, que se escondian entre el conuco, entre las matas de plátano y yuca, entre los andullos. La primera vez que se vieron despues de ese día gris, las lagrimas corrian por sus caras.

-Mi amor, mi bello, mi tesoro, yo nada mas vengo a decirte que te amo, que Nueva yor es frio sin ti, y Aledita me dice todos los días que papi es la estrella que todas las noches sale a decirle que la quiere.
-No me digas eso, no me digas eso.

En ese viaje la preñó de amor y de una segunda hija. Esperando los papeles, llegó la tercera. El consul no encontraba suficiente las pruebas de ese matrimonio a distancia, ni la pureba de ADN, ni las fotos a blanco y negro, no valia el motor a su nombre, ni las tareas de tierra, ni el titulo de técnico en refrigeración, ni la forma tan detallada en que Melvin le contaba al consul de cuando conoció a su mujer.

-Mire señor consul, yo a esa mujer la vi en la enrramá de mi pai, bella, asi jovencita, tiernecita, y la enamoré, la llevé al rio, la llevé a Santiago, la monté en un coche, la llevé a Pizzeria Antillana y me le declaré, y dende ahí, no no hemo separao. Se fue con una criatura en su vientre y cada vez que viene le encargo una, ya son tré eperando que utede me den lo papele, queremo tai junto lo tré.

Así le contaba, una y otra vez. Un día, de esos que dan dolor de cabeza, Celeste recibió una llamada.

-Mamá, Mamá!!!! Me llaman, que le salen lo papele a Melvin. Que vaya a Santo Domingo con las tres niñas, que vaya, que vaya, que lo llame, pero no, yo tengo que llamarlo y decirle que por fin vamo a tar junto.
-Mija que bueno, pero calmate.
-Que me calme, quiero tener a mi moreno cerca. Juye, bucame lo pasaporte para comprar lo pasaje.

-Aló?
-Melvin, soy yo, tu morena, tu mujer, tu india bella.
-Mi vida pero yo se, como tu ta?
-Alegre, alegre, adivina?
-Ay no me diga, no me diga que me da.
-Vendé el DT, vendé la rancheta, regalale lo puerco a tu viejo, dile a tu mai que vienes pa donde tu familia.
-Ay no me diga, ay no me diga.

El vuelo era el 787, llegaba un martes de Mayo, el mes de la lluvia infinita, Melvin la esperaba el miercoles, le iban a dar una sorpresa.

-Dame seis manzanas, tu sabes, que mi esposa llega mañana, se las voy a guardar para que se acuerde de nueva yor, dame de esa, rojita, tienen que tar sabrosa. Aqui na ma comen manzana en diciembre, tu sabe, allá e to el año.

Melvin salió para Baitoa, se pasó el día entero trabajando, 18 kms de distancia. Nunca se habia dado cuenta de tantos paisajes, tantos lugares, tanta gente que vive al lado de la carretera, ese dia se le salieron las lagrimas, no por el viento en su cara, de emoción. Cuantas veces habia hecho ese recorrido en su motor, la cementera, San José, El Cinco, El puñal. Y allá en el valle, Baiota, pero el no sabe que su mujer ya llegó, que está en la casa con sus hijas, que lo esperan con un sancocho, que ya le tienen el vuelo comprado, que en la siguiente curva viene un grupo de vacas y bueyes, que se salieron de la finca de Porfirio, que los frenos no funcionaran cuando se encuentre con ellos de frente, que se fracturará el craneo, que las manzanas quedaran tiradas en el camino. Melvin no lo sabe, allá a lo lejos, el sancocho se enfria.