Allá, debajo del puente, cerca del rio.

Doña Rosa despues de fregar y cargar dos galones de agua para bañarse, se para en la puerta de su casa, su vecina le saluda.

-Ay Doña, como ta uté, no se deja ver, depue que tienen dividí.
-Deja el can, eso fue mi hijo inventando en la cooperativa del trabajo, tu sabe, que sacó el aparato con 196 pesos, y lo va a pagar 196 mensuales a un año sin intere, esa gente hace un buen trabajo. Ya tengo nevera, estufa, un blower, licuadora y una plancha que salió ni ma buena, la pelicula se la compra a Jutino que vive al lado de la cancha.
-Pero eso ta bueno, la niña mia se va a puerto plata a dormir en un risor, te puede comer tó lo que tu quiera, me dijo que el año que viene me invita, que va a a ver, porque tu sabe, e en una guagua de la oficina que van, porque no hay ruta de guagua como aqui, que le pasan a uno por arriba y que na ma te apea y camina y camina y baja por ese callejón.
-Eso e demasiado fino, tu sabe.
-Pero se duerme con aire, ella va a usar el doble pa eso, son dique 6900 peso.
-Demasiado cuarto, yo quiero tirarle mezcla al patio, me enlodo to lo pie cuando salgo a orinar de noche.
-Usa vacinilla como yo.
-E que en eto dia me mojé lo pie de orine, ese mamaguebo de Aurelio, llegó prendio, talvez de agarrar cuero en la Duarte y dejo la vacinilla medio a medio de la habitación.
-Pero el vecino funciona?
-Que no que????, a veces me dice, chucha, ven, dejame encarmarme, y yo le siento su cosa y no acoldamo de ante.
-Quien ta nuevecito es papolo, diablo su mujer grita y goza, coño, rompemelo, dame ñema, maidito, parteme.
-Son uno perro, me dijeron que en la avenida se escuchan lo grito, cuando se va la luz, y to ta ocuro y tu no ecucha na y solo tu siente en el zinc lo miao de lo borracho que se paran en el puente y te cae arriba una gota de esa vaina que jiede, y ahi, ahi mimito ecucha tu a la mujer de papolo gritando como una perra.

No hay mas comentarios entre las vecinas, cierran sus ventanas, cierran sus puertas, esperan a sus esposos para cenar platano con huevo, ya es tarde, no se puede estar en el medio, los tigueres salen a hacer sus ventas, las niñas son manoseadas cuando llegan del liceo nocturno, los muchachos atracados, ya estan hartos de pagar peaje.

Y todos se arropan con lo que no pueden, cierran los ojos a la hora del apagón, ni los vehiculos pesados, ni la Estrella del Mar, ni la CDEE, ni las gotas de orina rebotando en los techos de zinc, solo se escuchan los grillos de la pobreza y el gozo de Papolo y su mujer.