about love

Recuerdo ver las lagrimas por gotas en el piso, ella me pedia que me alejara de su vida, que no quería saber de mi.

Tenía dos años saliendo con ella. Me encantaba caminar con ella por los callejones de la Zona Colonial agarrados de la mano mientras soñabamos vivir en un apartamento en la Hostos con un amplio balcón, con pocos muebles y decorado con amor. Era divertido tirarnos en la grama y escribirle poemas en su abdomen y colocar punto final justo encima de la pelvis. Una vez le escribi: "Ni el cielo, ni las estrellas, ni el azul del mar, ni la gloria de Dios, podrán algún día satisfacer la dicha que tengo de estar a tu lado, de asombrarme con tu belleza, ni compararse con mi amor infinito por ti". Apoyé mi cabeza sobre su estómago y dormí bajo los efectos de sus manos acariciando mi pelo.

Su padre tomó un trabajo en SEOPC y se mudó hacia Santiago. Yo iba a visitarla todos los fines de semana. Un paseo en carretas por la calle El Sol, un frio frio, mas poemas escritos en su piel.
En el último viaje a Santiago, cuando estaba abordando la guagua, me pasó un papelito. No lo leí, me imagine que decia, el motivo un Eduardo, un Julio, un José, un cualquiera.

El día que su abuela murió asistía a su funeral y la vi en un rincón llorando en los brazos de un Pedro. Recibía dos días despues una llamada de un número desconocido. No hay mucha señal le dije, te escucho entrecortado. Entre la estática y el ruido de los carros sin mufler y de las guaguas sin respeto, escuché no puedo mas llamarte. Me imaginé mis poemas en su piel desvaneciendose por el sudor de un Pedro, de un Eduardo, de un José, de un cualquiera.