Grandeza

No soy un religioso ferviente. Pero me llama la atención como se rigen las religiones, sobre todo sus autoridades principales y sus "Dioses". Asumiendo que todo lo que predican es cierto y que su Biblia o su Corán o sus manuales, Vivir una vida saludable comiendo vegetales hervidos, El camino al cielo tiene semáforos, Juventud en Extasis entre otros, son fuentes verdaderas de consulta, me llama mucho la atención y siento mucha admiración por el Dios de los católicos, bando religioso al que por herencia y por convicción propia pertenezco.

Si analizamos a los dioses paganos griegos, Poseidón, Zeus, Adonis, Apolo, nacidos de fabulas, o creencias antiguas, a los cuales se veneraba con una estatua mostrando sus diminutos genitales o se hacían en sus nombres fiestas con mucho vino, orgías, todos vestidos con una sábana amarrada al cuerpo, no hay merito alguno en ellos. El caso de los pobres indígenas que quemaban muchachitas vírgenes para sus dioses, un desperdicio. Para ilustrarlos con un ejemplo, construir un edificio con toda la tecnología actual conlleva mucho trabajo, imagínense los pobres indígenas construyendo una pirámide a mano pelá para adorar al dios del pop corn, waste of time. Los ejemplos sobran, un Buda gordo, autor de varios CDs de música chill out, el otro que hace yoga y pilates, y el más perverso, el que manda a sus feligreses en forma de montantes a un cine israelí, no puedo negar que es uno de mis favoritos.

Ahora, el dios en que creo y temo, pues su poder no tiene limites, fíjense, creó el universo, el planeta tierra, los conucos sembrados de yuca, isla Saona, Bahía de las Aguilas, el queso de hoja y los Subarú, es un dios lleno de grandeza. Aunque es complicado y misterioso, pues es padre, es hijo y es espíritu santo y se manifiesta de extrañas maneras, es digno de admiración y respeto. Su obra mas grande ha sido entregar a su propio hijo para salvarnos de millones de años en el infierno con mucha lava ardiente por ojo, boca y nariz. Y El, sentado allá arriba en un paraíso lleno de nísperos y guanábanas, con cientos de asistentes con sonrisas Disney World y música en vivo a cargo a Diego el Cigala y Bebo Valdez, nos observa triste, nadie quiere el paraíso, nadie ha apreciado su sacrificio, todos han olvidado a su hijo en la cruz.

Dios que se alarmó hace tantos años porque su rebaño se descarriló, por las misas negras de Sodoma y Gomorra y por los mercados de pulgas frente a sus templos, envió a su único hijo. Imagínense ahora con tantas guerras, con tanto crimen, con tanto terrorismo, con tantos gobiernos corruptos, con tantas personas muriendo de hambre a la vista de todos, con tantos sacerdotes sentando a niños en sus piernas, con tantos falsos profetas, con tanta mierda circulando en su planeta tan bien concebido, el mismo bajaría del cielo, se rasgaría su bata angelical en la 27 de febrero frente al freezer gigante de Presidente y ofrecería su vida con tal de salvarnos, OH Dios, y no soy cínico ni hipócrita, tu grandeza no tiene limites, me quito el sombrero ante ti, ante el amor por este mundo tan, pero tan, hijo de la gran puta.