In her room

Su casa de la zona colonial ha sido el hogar de toda, bueno, casi toda su familia. Su abuela pago en el ano 1983 76,000 pesos por cuatro habitaciones con un solo bano. Cuando regreso de nuevo a NY, les dejo una habitacion a cada una de sus tres hijas, la cuarta era para que sus sobrinas vinieran a Santo Domingo a estudiar y no tuvieran que pagar pension.

La vida pasaba por los callejones de la Ave. Mella llenando de arrugas y varices el cuerpo a las mujeres que habitaban esa casa de color amarillo y puertas azules. Cada una hizo su mundo. Eulalia llevo a la casa un diploma que tardo 9 meses en estar listo, el nino, cuyo padre todavia se desconoce, durmio en cuna hasta los 6 anos. La unica que se caso ocupo dos habitaciones de la casa, una para ella y su esposo, en la otra sus tres hijos.

Era dificil para ella descubrirse en la intimidad, habia una lista de espera de ocho personas cada vez que en el bano ella empezaba a recorrer su cuerpo. En la habitacion era imposible, ademas, no tenia el mismo pudor que sus hermanos, a ellos no les importaba que su hermana estuviese en la habitacion para masturbarse. Ella vio crecer sus pechos, vello en zonas antes desoladas y una herida que sangraba una vez al mes, todo al lado de esos dos manganzones.

Ahora nadie le toca la puerta de su habitacion o le grita para que salga del bano. Ella canta: "Juliana que mala eres, que mala eres Juliana" mientras se le acerca desnuda a su esposo, el solo la admira, la lujuria es buena a cualquier hora del dia.