Friday, December 28, 2007

Volver

Decidí volver. Baitoa está a diecisiete kilómetros de Santiago unidos por una carretera flanqueada por pequeños pueblos. El trayecto se hace en veinte minutos si eres prudente, en quince si quieres tomar el riesgo de salir disparado en la curva del Cinco, justo en la entrada de El Puñal, también puedes optar por morir embarrado en la pared del cementerio, esa que está justo al final de la calle principal del pueblo donde desemboca la cuesta que te da la vista mas maravillosa del mundo: Pequeñas montañas sembradas de tabaco, de hortalizas, todo verde muy verde, pequeñas casitas, pequeños caminos.

Desde que empiezas a descender en el vehículo empiezas a ver vida en el pueblo, a mano derecha las casas de los Sanchez, a la izquierda la policlinica. Justo en frente del policia acostado está la iglesia, seguido del parque y alrededor de este el destacamento de la policia, el almacen de Amable Pineda, el Club de Leones, allá abajo la gallera. Cada vez que he visitado a Baitoa me transporto en los tiempos de la escuela caminando desde la casa del abuelo, los agostos de fiestas patronales, la bulla de la gallera que iniciaba justo despues de acabarse la misa.

Salí de Baitoa a los once años, papi me pidió, me fui a New York a vivir en un apartamento que cuando abrias la puerta esta chocaba con mi cama. Ahí pase mi adolescencia, entre trenes, smog, la bodega, trenes, smog, la bodega. Papi me mandó a la universidad y me gradué. Desde que llegué a Estados Unidos solo he visitado el país tres veces, tres familiares, tres entierros, la cuarta fue a sepultar a mi papá en el cementerio de Baitoa junto a mi abuelo y a tio Guillermo, que murió de un derrame cerebral a los treinta años, y tio Ediberto, su muerte es un misterio llamado Sida.

Vendí la bodega. Como tenia un buen trabajo y apartamento propio en Upper East Side, allá entre la Quinta y Madison, usé el dinero para lo mas criticado por mi: Ir a Santo Domingo olvidandome de que Estados Unidos es grande y hermoso, que Paris es la ciudad de la luz, Italia de la pasta y Holanda, Holanda es Holanda. Pues bien, llegué. Alquilé un carro y me tomé la libertad de pasearme por los pueblos del norte, luego el este, visité Bahia de las Aguilas, el Lago Enriquillo y llegué por inercia, por un magnetismo en el tren delantero de mi vehiculo rentado a Baitoa. Subí al callejón de los Núñez y vi la casa donde vivieron mis padres y donde yo viví mi niñez. Estaba abandonada, dejada al olvido por los que decidieron dejar atras una vida de agricultor y dedicarse a vivir en un tapón de la 27 con Churchill o la eternidad que toma cruzar desde la zona oriental en horas de la mañana.

Entré a la propiedad. Di la vuelta y por la puerta de la cocina entré a la casa. Los recuerdos que llegaron a mi mente me sacaron dos lagrimas tristes. Recorrí la casa entera, me senté en el balcón del segundo piso, me lancé desde ahí como lo hacia cuanod me escapaba de la casa para ir a ver a la hija de Mena. Me subí en cada una de las seis matas de mango del jardin de la casa. Para algo sirve el dinero: Remodelé la casa completa. Sin dejar de usar los materiales originales, hice una marquisina mas grande. En el interior, el piso de madera, un baño y su septico, la decoración muy parecida a la original, la casa estaba hecha para descansar y compartir en familia. Sembré yuca, plátanos y vegetales, tabaco y cacao, todo se da en esa tierra negra. Naranjas dulces, naranjas para jugo, mangos, tenia una finca completa. Un camión Daihatsu azul viajaba varias veces al día a Santiago a entregar los productos al Supermercado El Nacional, un amigo dueño de una fábrica de cigarros me compró toda la producción de tabaco.

Voy los sábados a pasear en yola en el lago de la presa, a misa los domingos, despues, romo y gallo.

11 comments:

Lizzie González said...

ese es un buen ejemplo de como volver...fuerte es cuando vuelven sentados cabizbajos en un avión y como pollos en motos, esposados de las muñecas.

Anonymous said...

viva USA!

Jenniffer G. said...

Es verdad lo que dice Lizzie.
Pero la mayoria vuelven ya viejecitos y retirados, y regresan quizas hechos y con un buen dinero,pero ya a esperar la muerte en su pais.
A mi siempre me ha gustado la idea de volver a mi pais...
Que linda pero nostalgica historia.

rosie said...

happy new years Alfonso y familia

DrLacxos said...

ese es el sueño de muchos! lo difícil es Lograrlo a tiempo!

Mierda pero había $$Billetes$$ en muchas cantidades??

porque no es to el vago que vive en Upper East Side!!! (bájale algo!)

alfonso said...

dr. el pana tiene un apartamento bien apero

Joan Guerrero said...

Bueno, al menos logró su sueño, de buena manera. Y como dice lizzye, lo malo era regresar de esposas y con la cara tapada de cámaras de medios, anunciándoles como un repatriado.

Soaris said...

Vaya, tu lado tierno, me gustó mucho tu post.

p.d. Lo importante es volver y hacerlo con la frente en alto.

besitos

Manu Under Her Skirt said...

que narrativo!!!

Anonymous said...

Yo quiero conocer a Baitoa!!!!........Coño y es verdad que tiene un lago???........Happy new year dude!

EmyVida said...

esa es la mejor forma de volver... si no es asi...mejor no!