Nino espera que la muerte lo saque a pasear. Se sienta todos los días en el parque a esperar a las guagas repletas de pasajeros ansiosos por probar sus dulces de leche, al menos eso él o su loco interno creen. Todas las mañanas sale de su rancho con la misma bandeja de dulces desde hace mas de siete años, la mis ropa o lo que queda de ella. En el día recorre la cuadra del parque de arriba a abajo pregonando su mercancía, se sienta en un banquillo y cuenta con los dedos la venta imaginaria del día. Camino a su casa, se la pasa recogiendo hojas de los árboles del camino pues tiene la obligación de llevar la cena, se pierde en el monte y llega a su hogar: dos pedazos de cartón bajo una mata de mango. Se sienta y le habla a sus supuestos hijos sobre lo bien que le fue en el día. La misma rutina se ha repetido año tras año desde que la nueva autopista no pasa por el centro de su pueblo.
El loco se ha convertido en todo un personaje. Los que antes eran motoconchistas se han vuelto a montar sobre el lomo de los burros que abanoraron por un c-70 y un pote de romo; los que antes vendian queso de hoja siembran la tierra que abandonaron por colocarse una batea de bolas de quesos de hoja con un palillo y un pote de romo; los que antes vendian cassettes de Luis Vargas recolectan las naranjas que abandonaron por andar con un radio el día entero promocionando sus discos y un pote de romo.
El viejo y loco Nino observa desde la loma a su pueblo convertido en una ciudad sin alma, las calles vacias, una población que se deteriora cada día con el soplo del viento. Observa con determinación a los demas locos que como él han quedado en ese estado desde que se fueron a la ruina los pequeños negocios que dependian del flujo de guaguas repletas de pasajeros que pasaban por su pueblo. Pedrito en una parcela ajena se la pasa sembrando piedras, el pobre cree que siembra yuca, Juancho con una vara entre las piernas cree que carga agua en su burro imaginario, Epifanio arranca hojas de las matas de javilla, el pobre cree que recolecta naranjas. Nino ha optado por ser el loco que que queda en el pueblo, el que se pasea por el parque, el que vende los dulces, es que no tiene mas nada que hacer, pues cambió su conuco por una fábrica de dulces.
10 comments:
ay que triste... pobre nino... no es el primero ni sera el ultimo... pero a lo mejor fue el pote de romo que lo aloco... porque toitos bebian romo!
Diablo tu sabes cuantos Ninos debe de haber aca viendo la transformacion de sus pueblos con romo sexo y bachaton!!!!!!!.........Que vivan las mujeres goldas en panties de bolita
ME ENCANTA TU BLOG AL PUNTO QUE CUANDO BLOQUEARON EL INTERNET EN MI TRABAJO ME COMPRE UNA COMPUTADORA PARA ASI LEERLO DESDE LA COMODIDAD DE MI CAMITA. SIGUE CON TUS HISTORIAS QUE SON GENIALES , DEBERIAS DE ESCRIBIR UN LIBRO YO LO COMPRARIA ESPECIALMENTE SI ES DE ESAS ENTRADAS MEDIAS SEXI QUE TU ESCRIBES. PORQUE NO ESCOJES UN DIA DE LA SEMANA PARA QUE DESBORDES TODA ES SEXUALIDAD DE LA QUE ESCRIBES SERIA UNA BUENA IDEA.
UHHH...
Bueno, a mi, a pesar de que es un poco triste me gusto la historia. Me hizo recordar esos dulceros que se ven en las calles cuando uno va camino al interior del pais.
Pero los pobres loquitos.Asi viven muchos. Yo una vez vi uno en Santiago, era moreno con trenzas como de rastafari, alto y tenia un traje rarisimo, parecia al payaso de Mcdonals, cualquiera lo veia y creia que no, pero daba miedo y si...era loco.
Eso o tomar la otra ruta de muchos: irse de su tierra, lanzándose a la mar, a costillas de tiburones o de un traficante de almas que, igual, le quitará toda su vida, por dinero.
Es mejor quedarse loco, y dejar las vainas como estan.
probablemente la manera de ser feliz. es su modo, o tal ves es su "ya que?"
suele pasar fonso...
A veces es mejor así.
El progreso trae sus consecuencias
Ahora todo quieren ser como el Porfi
Ese es el problema de todo el pobre que progresa que si sale de su barrio lo tildan de prepotente y comparon, pero como dicen por ahi uno por su mejoria hasta arrimao viviria...
Bueno no era asi, pero la idea es esa.
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