neblina

Hoy la neblina viajó desde el centro de la isla, descendió desde la montana, caminó entre empalizadas y llegó a la ciudad, recorrió las partes altas, paseandose entre los barrios, entrado por los espacios que deja el cartón, el zinc perforado, la madera que se pudre. Caminó sobre el piso de tierra, las puertas de telas, los banos en los patios, acarició a los que dormian, confortó a los que hacian la senal de la cruz antes de salir de sus casas.

Esa neblina era la madre naturaleza saludando a sus hijos, a los que la depredan, a los que la ensucian, a los que se aprovechan de ella. Hoy fue esa nube paseandose por la ciudad vigilando a sus hijos, mostrandole una prueba de su existencia, recordandoles que hoy es neblina, advirtiendoles que de seguir así puede que sea fuego.