Una historieta

Elvis despachaba hormigón en la planta de Manoguayabo, sentado en una silla de la serie Zenoa CH 3000 del catálogo de Fursys. En el catálogo se veia muy regia pero cuando la colocaron en la oficina del Director General, este la mandó a la basura, no podia ser mas incómoda, ni los asientos de un Datsun 120i año 1979. Elvis la encontró debajo de la escalera del edificio de oficinas llenandose de polvo, lleno de confianza producto de su descarada personalidad, fue donde el auditor para solicitarle la silla para colocarla en la caseta que el llamaba su oficina, le firmaron el formulario SD-AP-HG-125896, traspaso de mobiliario de oficinas, Elvis gozaba de mucho aprecio en la empresa, era el empleado mas viejo. Los días de la semana transcurrian con la misma monotonía de su trabajo: Llenar conduces con la ficha del camión ligador, cliente, dirección de obra, fecha, volumen, revenimiento, hora, resistencia, aditivo adicional y no podía faltar su firma. Tenía cincuenta años, seis hijos, sin esposa y una barriga acorde con la edad y la cantidad de cerveza ingerida a lo largo de su vida. Vestia al estilo pachá viejo verde cuya novia no pasaba de treinta y tres años.

Sábado en la tarde significa romo y bachata en Neurys Car Wash. Entre bachata y trago, se le acerca a Elvis una muchacha joven, se le nota poco maltrato.

-Hola tu, y porque bebes solo, eh viejito?

-Acompañame tu a eta alma desolada.

-Pero brindame un trago.

-Tre que tu quiera, oye, tre.

El sol desgraciado que quema la ciudad de Santo Domingo se perdía en el horizonte dandole a la ciudad un alivio.

-Mira chula, ya me voy, acompañame allí, al comedor chino, quiero un picapollo para tirarle grasa al romo.

-Ay pero yo no tengo hambre.

-No te apure, no vamo depue a un sitio tranquilo pa que hablemo un chin.

Elvis salió del lugar con su hembra de mano, caminaron hasta la esquina con el único semáforo que funciona en la carretera de Manoguayabo. Entraron al local, todas las mesas estaban vacias. En el mostrador, la esposa de Hector Peña, un chino con cédula dominicana, le cambiaba el pamper lleno de mierda color verde a su hijo.

-Do picapollo, con moro y una fria grande.

-Pala comel aqui?

-Si.

Se sentaron de frente en la mesa plástica cubierta con un mantel plástico de flores rojas.

-Mami, depué vamo pal frente. Quiero hacerte el amor.

-Claro chulo, son quiniento por la salida, ma quiniento pa'mi, ma el taxi.

-Taxi, taxi, mire como que taxi, coja su carro público.

-Carro público yo!!!!. Exclamó la mujerzuela, parece que carro público son dos palabras que nunca habia pronunciado una detras de la otra, mucho menos haber usado dicho trasnporte.

-Mire coño, uté ta loca. Dijo Elvis mientras tomaba del plato un muslo corto de pollo frito acabado de servir en la mesa, por un instante juró haber visto mierda verde en la mano de la camarera, la esposa de Hector Peña, un chino con las uñas sucias y los dientes curtidos que ha servido carne de gato y de perro con apio, pimientos y vainitas acompañados de arroz blanco al vapor, en el cartelón del mostrador ese plato se llama chop suey.

-Loca yo!!!!!! Exclamó el cuero ese, parece que uté ta loca son tres palabras que nunca le habian dicho juntas en ese orden.

En ese instante Elvis deja caer intencionalmente la botella de cerveza, toma el casco roto y con su mano derecha se lo lleva al cuello.

-Si tu no rapa conmigo hoy, sin darte nada a cambio, yo me mato aqui mimito.

-Ay no, coño, ay no, hombre del diablo, no te mate, tu ta loco, si e un toto lo que tu quiere, ven, vamo, crucemo la calle, metamono en la habitación, toma ete cuerpo pero no me de golpe.

Y así llega el lunes, el martes, el miercoles, jueves y viernes también llegaran. Elvis espera el fin de semana loco por que algo suceda, algo que pase, algo nuevo para contar , alguna historieta para entretenermos mientras tomamos el café en la cocina de la oficina.