La letrina

Efrain era un vividor, un tiguere, un pachá, un gozador de la vida, vendedor de sopitas, sazón maggie, vinagre, aceite de freir, tarjetas de llamadas y recientemente había agregado a su extensa lista de productos Erectrón, pastillita azul capaz de revivir las mas ardientes pasiones. Llegó al colmado Don Luis con su listado bajo el brazo y con una tira de sobrecitos de sazón liquido como muestra gratis.

-Mire Don Luis, la ventaja conmigo es que yo soy de la zona, toy disponible las 24 horas, solo tiene que llamarme al celular, en mi furgoneta siempre tengo dos o tres cajas de lo que vendo por si acaso a usted se le acaba la mercancia un fin de semana, tengo tambien un freezer que alquilo por si acaso se le daña el suyo y usted sabe que con estos calores, usted no puede dejar de estar sin su freezer lleno de hielo y de Presidente.

-A pero que tu alante.

-Alante alante Don Luis.

-Digame que se ofrece, deme su pedido.

-Pero ahora no estoy necesitando nada, no hace ma de tres dias que me abastecí.

-Algo necesita usted vender que yo se lo suplo, mire a ver, mire a ver.

-Fijese y esa pastilla azul que usted tiene ahi, que vaina es, viagra?

-Erectrón se llama, lo para paraito, paraito, paraito.

-Mmmm, funciona?

-Le dejo una, pruebela.

Don Luis, un señor de unos cincuenta y cuatro años, vivia con Rosa, una muchacha del Puñal muy joven, muy hermosa, muy viva, muy fogosa. Efrain era capaz de satisfacer su deseo, de apagar su fuego, pero no el de ella. Luego del primer, único y forzado orgasmo de Don Luis, ella quedaba encendida, en candela, es que esa vaina no come arroz, decia ella. En la noche se toma un cuarto de la pastilla como le recomendó Efrain, entró a la habitación donde su joven dama lo esperaba en una bata larga pero sin ropa interior debajo, era de tela fina por lo que permitia que sus pezones grandes y morenos se marcaran. Su figura cubierta por la suave tela fue suficiente para que su miembre alcanzara una erección. Rosa bajó el pantalón de la pijama de su señor esposo y lamió aquel pene que se presentaba imponente delante de sus ojos. Logró hacer que Don Luis eyaculara, esperaba que se pusiera flácido pero seguia erecto, le levantó la bata, acarició sus tetas, sus nalgas duras y redondas, la penetró colocandose encima de ella, sus movimientos eran suaves, ella disfrutaba, su sexo estaba húmedo, los musculos internos de la vagina empezaron a latir, sentia su respiración entrecortada, estaba sudando, de su boca un grito casi se escapaba, pero lo que se escapó fue el semen desde la entrañas de Don Luis, Rosa se quedó con su casi orgasmo a flor de piel. Erectrón funciona, pero ya el cuerpo no aguanta dijo.

Al otro día Efrain fue al colmado.

-Digame Don, como le fue?

-Excelente, yo con treinta de nuevo y con esa pastilla, fuera un Dios, pero ya este cuerpo no aguanta mucho, y mas con esa muchacha que es muy toto alegre.

En ese momento Rosa entro al colmado, pidió permiso para interrumpir la conversación de los dos señores para hablar.

-Luis, comprate aceite de freir, sazón liquido, salsa roja condimentada y pon a la venta el producto, parece que funciona.

-Claro que funciona, claro que no en todos igual.

-Como así?. Preguntó ingenuamente Don Luis.

-Que no es el mismo efecto en todo el que la toma.

En los campos se usa la letrina. Es una excavación que se hace en suelo natural, se construye un piso de madera y se le hace una banqueta con un hoyo, esto se hace para cagar, a lo largo de los años, cuando la letrina se pone vieja o alcanza una buena cantidad de mierda dentro, se deja de usar. La letrina de la casa de Don Luis se desbarató hace mucho tiempo, Don Luis progresó y en su casa se usaba inodoro y bidet. El hoyo estaba detras de unas matas de mango que sembraron en el patio de la casa, si usted camina por el patio y no se da cuenta fácil se cae. Eso le pasó a Efrain cuando salió corriendo por el patio. Penetrando a Rosa por el ano en busca de su tercer polvo, se dieron cuenta de que alguien llegaba a la casa.

-Sacalo, sacalo, es Luis, sacalo coño que nos mata. Juye, juye que está subiendo las escaleras, tirate por la ventana y corre por el patio, vete maldito, coño, coño.

Efrain tomó sus ropas y saltó por la ventana. Desnudo corrió por el patio y se perdió entre las matas de limones, mango y guanabana, la oscuridad de la noche ocultó el hoyo de la antigua letrina y por ahí mismo se cayó. El olor a podrido le causaba nauseas, el abono natural que se habia formado todavía hedía a demonio. Trataba de pedir ayuda pero era inutil, estaba muy alejado de la casa como para ser escuchado.

-Rosa, Rosa. Dijo Don Luis mientras sacudia el cuerpo de su compañera. Estoy escuchando voces, como de auxilio, ayuda. Creo que es una pesadilla, pero lo escucho, oye, oye.

-Luis, si tu lo que quieres es una mamadita, no tienes que despertarme asi. Ven papa, para que te duermas tranquilo.