Sunday, March 23, 2008

camino de la cruz

La parroquia Santa Ana congregaba a muchos feligreses, muchos barrios a la redonda de distintas clases sociales. A mi me obligaron esa semana santa a quedarme en casa, no le importó a mi madre que el esposo de mi tia, mi tio despues de haberme regalado un viaje a Europa, me invitó a Disney World. Ese viernes el sol estaba de mal humor, el polvo de las calles estaba caliente y el aire acondicionado del carro lucia estar descompuesto, nos parqueamos a dos cuadras de la iglesia.

Primera estación: Jesús es condenado a muerte.

Y empieza la caminadera. El señor que se encarga de la jardineria en la parroquia fue el voluntario para ser de Jesús y caminar con una cruz hecha con dos tablas de pino americano tratado que donó la Ferreteria La Fuente, las placas de metal que se usaron para unir las dos piezas las hizo Juancho el herrero. Todos caminaban lentamente, algunas doñas lloraban, miraba de vez en cuando a mi lado esperando que alguna doña forrada de poliéster se cayera de rodillas.

Segunda estación: Jesús carga la cruz.

Pasamos frente a un templo adventista o evangélico o no se que, el asunto es que no eran católicos. Vi a la vecina del frente, aquella que que me preguntó el primer día que fui a su casa si yo era católico romano de los que clavaron a cristo en la cruz, no supe que responder.

Tercera estación: Jesús cae por primera vez.

El gentío se detiene, creo que el voluntario o Pedro el jardinero, tiene sed, el Cura le dice que aguante, que lleve el sacrificio igual que el hijo de Dios, se intercambian miradas. Asumo que Pedro pensó en algún en familiar cercano, su madre o algo, el cura recordó algún versículo de la biblia donde quien miró hacia atras se convirtió en una pila de sal.

Cuarta estación: Jesús encuentra a su madre María.

Yo saludo a Edilenia, mi compañera en el circulo de lectura y quien murió hace unos años de una dosis tras otra de heroina.

Quinta estación: Simón el Cirineo ayuda a Jesús a llevar la cruz.

No apareció nadie que ayudara a Pedro el jardinero. Supuestamente uno de los diáconos cargaría la cruz, pero con la excusa de que estaba dirigiendo a la multitud Pedro siguió arrastrandola.

Sexta estación: Verónica limpia el rostro de Jesus.

Cuanto calor Dios mio, maldita vaina dije, mami me pegó con la palma de la mano en la parte trasera de mi cabeza mientras decia mira muchacho dos veces.

Séptima estación: Jesus cae por segunda vez.

-Pipo!!!! Que maldito sol. Miro hacia atras, mi madre esta vez no me escuchó.

Octava estación, novena, decima, decimoquinta. En la plazoleta frente a la tabacalera se reunieron cientos de feligreses que no aprovecharon las ofertas de los hoteles con playa y alcohol barato. El obispo desde lo alto de una tarima ofrece el sermón de semana santa. Yo sudaba como perro, me dolian los pies. Observé a mi padre callado, mi madre con las manos en alto oraba. Me di cuenta que teniamos que regresar caminando, entré en pánico.

-Papi vamonos, ya hicimos la caminata.
-Ve y dile a tu madre.
-Como que le diga, vamonos, o no se que, busquemos un taxi, algo, un carro público, que se yo.
-Tu madre no se monta en carros públicos.
-Como que no!!! Papi, vamonos un carro de la M, vamonos de aquí.
-Mira muchacho, tranquilo.
-Coño que maldita vaina.

Mami tenía un oido super desarrollado, estaba a cinco metros y desde allá sintió la mala vibra de una maldición en medio de un acto religioso. La vi caminar hacia mi, igual que un tiburón hacia su presa, salí corriendo, tarde o temprano me iba a dar, en ese mismo lugar o en la comodidad de su sala. Me perdí entre la multitud, entre los que rogaban a Dios por un vaso de agua o un plato de habichuelas con dulce. Vi a Pedro sobre la tarima, todavia cargando la cruz, se notaba mareado, habian tres Cristos como él, pero Pedro tenia los labios secos, se esforzaba para respirar, entonces ocurrió lo mas inesperado de la tarde: Cristo cayó al suelo, murió de un infarto, digo, Pedro el Jardinero.

-Jesus ha muerto!!!! Miren, Jesús murió, acaba de morir!!!!!

La multitud empezó a correr sin dirección fija. Muchos hacia la derecha, muchos hacia la izquierda, otros corrian hacia la tarima. Algunos pensaron en ir directo a la heladeria Manresa de la calle El Sol. Yo caminé siete kilómetros por la avenida Franco Bidó hasta la calle tres número diez. Esperé hasta las diez de la noche. Mi padre y mi madre llegaron. Mi madre me miró con rabia y me preguntó si era el diablo que tenía adentro, mi padré sonrió, a la verdad que no tienes madre me dijo.

6 comments:

Fl@kO said...

wow...que susto se dien esa gente me imagino wow...

Jenniffer G. said...

Jajajaja, diache alfonso, tu no eres facil :P!

Juan José said...

Excelente!

EmyVida said...

pobre Pedro...

Lola Vásquez said...

Jajaja...tremenda version del via crucis..entonces Pedro de verdad guindo los tenis?...Que dificil!

RickY´s LIfE said...

Diablooo men...tu no tiene madreeeeee!!!...jajajaja

Ni en semana santaaaa DIO mio!