A pedir su mano

8:45 de la noche es una hora maldita dije. Subí las escaleras al apartamento 204 donde me esperaban su padre, su madre y ella. Entré y todo estaba muy bien decorado y arreglado, parece una casa de muñecas. La madre sentada en un sofá para tres, el señor en una sillón capaz de dar masajes, conexión a internet, una neverita, sicólogo incluido. Ella sentada en una silla del comedor con las manos entre las piernas y los ojos fijos en el piso. En la mesa del centro, un sobre con la prueba de embarazo, había visto muchas hojas con ese timbrado, pero no con ese resulado impreso.

Era la primera vez que conversaba con la doña, una cara muy dulce para ser jueza del tribunal superior de tierras, el don, muy acorde con su puesto en el gobierno, Secretario General de asuntos exteriores, eso decia su placa oficial.

-Yo organizo fiestas de cumpleaños y tengo los miercoles en Jubilee, los sábados hay un open bar en Neon y yo soy el encargado.
-Caballero hableme en números.
-Bueno, da para vivir bien. Internet dial-up, telecable, luz, agua y teléfono. Yo tengo un skoda gris que lo toy terminando de pagar.
-Y van a vivir donde?
-En mi casa hay dos habitaciones vacias. Mis dos hermanas etudian fuera con una beca de la Secretaria de la Juventud, que por cierto, hace seis meses que no le mandan el chequesito de las mensualidades para los gastos personales.

La boda será en marzo, se acordó. Seria pequeña, 20 invitados, un salón del Lina. La fecha se acercaba y la barriga crecía. Su tio manuel la llamaba siempre al medio día para preguntar como se sentía, como iba el trabajo y recordarle que ella no tenia necesidad de casarse conmigo, que era si ella queria, que si se sentia mal hiciera sus maletas y fuera para su casa.

-Esa boda ta muy lejo, depue se arrepiente. Tiene visa, cuanto ta ganando? Alquila un apartamento y mudense ahi. Abran una cuenta pa' lo do.

Un jueves la llamé y le dije que sacara una fotocopia de su cedula, que llamara a Angie su amiga, yo iba con Marcelo. Firmamos una bendito documento que se resume en que si a mi me daba la gana de arrancar para mi casa, tenía que dejarle endosada la matrícula de mi carro, la libreta de mi cuenta de ahorros personal, esa que mi padre abrió en mi nombre cuando yo tenía 12 años, despues de 13 años ahorrando tenía en balance RD$ 44, 321.oo. Nos mudamos en un apartamento pequeño pero muy acogedor. Teniamos nevera, televisor, lavadora, estufa, una cama, dos abanicos, un dvd chino para poner películas pirateadas y un aire de ventana que consumia mas luz que una oficina del gobierno y mas ruido que un juego Licey-Aguilas.

Toda la familia está contenta, el tio nos regaló un reloj de pared. Ella ha aprendido a hacerme un mangú riquisimo y en la casa de muñecas está guardado en una caja fuerte mi pasaporte visado, la combinación está escrita en un papelito que el suegro tiró por el inodoro la pasada navidad.