Dende atrá

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De espaldas a mi y yo cachondo. Ya no quiero verte el rostro, ya el tiempo de caricias tiernas caducó. Ahora le toca a la lujuria, al morbo, a la lascivia. Al deseo de tenerte cerca, al deseo de morderte, de apretar tus pechos, tocarte donde explotas, en ese lugar que te hace pedir mas.

Asi me gusta, dame la espalda, dejasela a mi lengua y a mis mañas. Dejame postrarme a tus pies, no voltees, quedate quieta, lo que veo me llena de deseo, de malicia, me enloquece. Dejame hurgar tus entrañas, deja bailar mi lengua por los senderos ocultos de tus pliegues. Estas entre la espada y la pared, arqueas tu espalda y me muestras tus ganas, me derrites, me revuelves la cabeza, te susurro al oido mis jadeos y gritas al mundo tu tongoneo. Que rico desde aquí es darte placer, que rico desde aquí llenarte de mi, que rico desde aquí.