Ella siempre pasa por el frente de mi casa, ni mira para acá, que maldita vaina. Vive a seis casas, en la amarilla con una mata de almendras que siempre está preñada y los carajitos del barrio se la pasan majando el fruto para sacar una infeliz semilla, ella los observa y los obliga, dulcemente, a dejar la acera limpia, que paciencia la de ella.
Un martes, de esos que pasan sin mayor importancia, escuché el timbre de casa, abrí la puerta, una sonrisa forzada, me pasó un volante, dijo gracias y disculpe, media vuelta y se fue. No lo leí, era de la asociación de vecinos, blah, blah, se lo guardé a la doña, el encuentro mas cercano con ella.
Mi madre me obligó que la acompañara a la iglesia, a la reunión con los vecinos, lo hice de mala gana. Me topé con ella de nuevo. Esta vez intercambiamos 86 palabras, 80 mias, su conversación se limitó a seis monosilabos, si, no, aquí, allí, y ok. Desde esa vez, ahora cuando pasa por casa, voltea y saluda con la mano, sonrie con naturaleza.
El domingo pasado fui a su casa, estaba diciendole al grupo de maja almendras que limpien la acera. Le pasé un papelito. Hoy me dejaron el mismo por la rendija de la puerta, lo abrí y lei, sonreí. Ella camina por mi acera, yo también, ella toca mi mano, yo también, su boca se pasea por mi mejilla, la mia.......cerca, bien cerca.
Un martes, de esos que pasan sin mayor importancia, escuché el timbre de casa, abrí la puerta, una sonrisa forzada, me pasó un volante, dijo gracias y disculpe, media vuelta y se fue. No lo leí, era de la asociación de vecinos, blah, blah, se lo guardé a la doña, el encuentro mas cercano con ella.
Mi madre me obligó que la acompañara a la iglesia, a la reunión con los vecinos, lo hice de mala gana. Me topé con ella de nuevo. Esta vez intercambiamos 86 palabras, 80 mias, su conversación se limitó a seis monosilabos, si, no, aquí, allí, y ok. Desde esa vez, ahora cuando pasa por casa, voltea y saluda con la mano, sonrie con naturaleza.
El domingo pasado fui a su casa, estaba diciendole al grupo de maja almendras que limpien la acera. Le pasé un papelito. Hoy me dejaron el mismo por la rendija de la puerta, lo abrí y lei, sonreí. Ella camina por mi acera, yo también, ella toca mi mano, yo también, su boca se pasea por mi mejilla, la mia.......cerca, bien cerca.
Me pasó algo parecido una vez.... ya tenemos 1 año y 5 meses de casados.
ReplyDeletela pariguayeria da sus frutos muchas veces... no tengo de que avergonzarme.
ReplyDeleteawwww ke lindo :)
ReplyDeletek tierno!!!
ReplyDeleteya se me paso la edad de los papelitos, y no me paso..FuCk!
jajaja! Jevi!
ReplyDeleteMe gusto muchooo, excelente narracion!!!!!
ReplyDeleteaw how cute
ReplyDeleteSí... Y las almendras...
ReplyDelete:-p
me paso algo parecido como a los 12 años con el vecino del frente... todavia recuerdo sus ojos y esas ganas de hablarle
ReplyDeleteEso es ser perseverante y saber que todo a su tiempo..
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