Ya nos mandan tempranos a las casas. Nos sacan de los lugares, no nos dejan fumar. No llueve café, llueve coca y demas hierbas como maná en el desierto en los patios de bases navales, que contraste. Mandan a sus casas a los que no han hecho nada, ese es el premio por pagar impuestos, por trabajar de ocho a ocho, por aguantar tapones con un sol que quema-quema, que pica que pica. Se les ha hecho mas fácil quitar del medio a los buenos que somos mas, pero todavía en las calles oscuras, en los rincones impensables, en las esquinas calientes, están ahí, esperando, en expectativa, buscando aquel que deja a su novia en casa y espera que cruce el largo parqueo de su edificio y entre a su apartamento. Esperando, esperando.
Ahí va, contento, ilusionado, con la camisa recordandole a ella con su perfume, con sus jadeos, con sus besos lleno de pasión, de deseo. En la esquina donde nadie se detiene, la precaución le juega una trampa: PAM! PAM! PAM!. Tres disparos: Uno encima de la clavícula izquierda, otro pegado al hombre, uno bien cerca del cuello. Confusión, olor a carne quemada, millones de cristales esparcidos sobre su cuerpo, incluso algunos en sus ojos. Acelera, acerela, coño, su pie derecho se deja caer. Encuentra su celular y marca, solo presiona el botón verde, me hirieron, me atracaron, me muero. No hay mucho que pensar, llegar a una clínica u hospital cercano y morir en la puerta de emergencia por la orden administrativa de que sin depósito no eres un paciente, paciente moriras. Y recuerda a su hijo, piensa solo en él, en su sonrisa, en su te quiero papi. Piensa en lo que ha hecho en la vida, en lo que le falta por hacer, no tiene tiempo para maldecir y la sangre sale en grandes cantidades, se escurre por los dedos.
Respirar ahora se hace pesado, con dificultad, requiere esfuerzo. Ahora el carro se tambalea en la via una y otra vez, y otra y otra vez. Falta solo una esquina pero los ojos se están cerrando poco a poco, no hay fuerzas. Entre jadeo y jadeo, le pide a Dios que le deje llegar o que algún noctambulo lo encuentre ahí en ese esquina, su cabeza se va hacia un lado, el auto se detiene. Abre la boca, entra un poco de aire, abre la boca de nuevo, otro poco de aire, cada vez menos.